viernes, 10 de junio de 2011

UN ANALISIS DE LA REALIDAD MEXICANA EN TERMINOS MONETARIOS

Los precios olvidados

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De manera sorpresiva, la inflación del mes de mayo fue fuertemente negativa. Lo sorpresivo es el monto, no la dirección, porque en mayo suele ocurrir que buena parte de los vegetales bajan de precio, entre otras cosas. Sin embargo, la nota nos permite darle una revisada a cómo se han comportado los precios en las últimas décadas. Es importante hacerlo porque, en materia económica, ésa es la gran diferencia.


La mejor época, en términos económicos, del viejo régimen, ocurrió durante el periodo que se conoce como la época de Bretton Woods. Fue en ese balneario de invierno estadounidense en donde se acordaron los términos de la posguerra, que se mantuvieron en operación desde 1946 hasta 1971. Antes de la Segunda Guerra, en México vivimos una época de estancamiento de la que ya nadie se acuerda, pero no recuperamos el nivel de ingreso promedio que teníamos cuando se fue Porfirio sino hasta 1938: crecimos exactamente cero por casi 30 años.


La demanda externa de la Segunda Guerra y la estabilidad que permitió Bretton Woods a nivel internacional permitieron que en México nos pusiéramos a sembrar toda la tierra cultivable que teníamos ociosa. Eso ocurrió en 1965; ocupamos todo lo que podíamos, y precisamente por ello, se acabó la fuente del famoso “desarrollo estabilizador”. A partir de entonces, México ya no tenía cómo mantener crecimientos de 6% anual, como había tenido en los 25 años previos, porque se nos había acabado la fuente más importante de ese crecimiento: un incremento anual de 3% en el número de hectáreas sembradas. De ahí en adelante, sólo podíamos sostener la mitad del crecimiento previo; el otro 3% que provenía de incrementos en el rendimiento. Todavía hay mucha gente que cree que México se industrializó en aquellos años, pero es una creencia errónea. Buena parte de la industria nacional tuvo su origen en el Porfiriato, y la posguerra apenas si alcanzó a mantener la relación entre capital y mano de obra ocupada.


En cualquier caso, después de 1965 crecer más del 3% anual era imposible con nuestros recursos, de forma que inició el endeudamiento externo. Primero, de manera muy tímida, porque no había quién prestara, pero después de 1971, cuando terminó Bretton Woods, y sobre todo después de 1973, con el embargo petrolero árabe, los fondos prestables internacionales se multiplicaron; nos sobraba cómo endeudarnos, y eso hicimos. El crecimiento artificial de los años 70 provocó el primer incremento relevante en la inflación, que para la década siguiente, cuando ya no pudimos pagar las deudas, se volvió galopante. En los años 90, 30 años después de lo debido, por fin empezamos a buscar otra forma de administrar la economía. La crisis de 1995, por un exceso de confianza, cierra la época de las crisis propias, y a partir de 1997 México es modelo de estabilidad financiera, aunque también de bajo crecimiento.


Porque se nos olvida, permítame comparar lo que pasa con los precios en los dos periodos. La inflación que hoy tenemos, entre 3% y 4% anual, es una maravilla comparado con lo que vivimos desde fines de los 60, hace 40 años. Por eso los mexicanos han podido mejorar sus condiciones de vida a pesar de que casi no incrementamos nuestra producción, simplemente porque los precios son razonablemente estables.


Para comparar mejor, entre 1970 y 1997 la inflación promedio en México fue de 32.7% anual, y si la comparación la hacemos sólo desde 1979 es de 43.3%. De 1997 a la fecha la inflación promedio anual es de 6.5%. Incluso si tomamos una mercancía importante que ha subido mucho de precio en esta última época, las tortillas, la diferencia es brutal. De 1997 a la fecha las tortillas han subido de precio a un ritmo de 12.4% anual, en buena medida debido a la decisión estadounidense de usar maíz para producir combustible, que ha elevado el precio de la tonelada de maíz de los tradicionales 100 dólares a 300. Bueno, pues la misma tortilla, entre 1980 y 1997, subía de precio a un ritmo de 42% anual.


Las mayores reducciones en inflación han ocurrido en productos como el arroz (que promedia 4.5% desde 1997 contra 43% entre 80 y 97), y en los muebles y aparatos domésticos (4.4% ahora, frente a 41% en el periodo previo): por eso ahora hay más viviendas con televisión, refrigerador y lavadora.


Es importante notar, finalmente, que el gran crecimiento económico de los años 70, forzado desde el gobierno, no produjo bienestar y sí una inflación que tardamos dos décadas en controlar. Lo recuerdo porque se olvida, y cuando uno olvida, elige mal.


www.macario.com.mx @mschetti

Profesor de humanidades del ITESM-CCM

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